De viaje con Matisse en Basilea
La Fundación Beyeler se llena de color con la retrospectiva de uno de los grandes artistas de la primera mitad del siglo XX: Henri Matisse. La exposición, titulada Una invitación al viaje, recorre las distintas influencias en su trayectoria, desde las obras más tempranas hasta los collage de su última etapa
Henri Émile Benoît Matisse (1869-1954) es uno de los exponentes más destacados del arte moderno. Dibujante, grabador, escultor y –por encima de todo– pintor, su obra influenció enormemente a artistas de su misma época y, sin duda, hoy continúa inspirando a muchos.
La retrospectiva organizada por la Fundación Beyeler, en Basilea, habla precisamente de influencias, pero no de Matisse hacia otros, sino de las culturas, paisajes y artistas que inspiraron la vasta obra del maestro francés.
La exhibición parte del poema de Charles Baudelaire Invitación al viaje, al que Matisse refiere varias veces en su obra. De hecho, el pintor viajó mucho y muy lejos para su época, y sus diferentes etapas artísticas arrojan claras influencias de todas esas culturas y destinos, a los que viajaba en busca de las distintas luces y colores que caracterizan su obra. Así, en el recorrido por las diferentes salas descubrimos reminiscencias artísticas persas, africanas, orientales e incluso de las islas del pacífico sur, pero también de artistas como Van Gogh, Cézanne, Gauguin o Picasso.
Primeras obras
Matisse renovó varias veces su estilo en su más de medio siglo de actividad artística y esto se aprecia de manera evidente en las más de 70 grandes creaciones procedentes de prestigiosos museos y colecciones privadas que se exhiben por orden cronológico en la Fundación Beyeler.
El itinerario por las diez salas de la exposición comienza con las primeras obras del pintor, fechadas en torno a 1900, como la realista La mesa de la cena (1896-97) o Lujo, calma y voluptuosidad (1904) , perteneciente a su etapa divisionista y cuyo título cita uno de los versos del poema de Baudelaire. La fauvista Ventana abierta (1905) es el resultado de su estancia en Niza y Los tapices rojos (1906), producto de su viaje a Argelia y su fascinación por los tejidos. También de esta primera época, El lujo I (1907) evoca la paleta de color propia de las pinturas al fresco que Matisse admiró durante un viaje por Italia y Bañistas con una tortuga (1907-08) refleja la influencia de la obra de Paul Cézanne.

Aires de Oriente
En 1910, Henri Matisse viaja al sur de España y dos años más tarde, a Marruecos. La inspiración de la cultura islámica se puede apreciar en el lienzo Acantos. Paisaje marroquí (1912) y también en la aparición de peceras con peces de colores en algunas obras de esta época, como Peces rojos y paleta (1914-15), pintada durante una fase experimental que coincidió con el estallido de la Primera Guerra Mundial, un conflicto que oscureció la gama cromática del artista. Este lienzo refleja, además, trazos propios del cubismo.
Terminado el conflicto, la influencia de oriente y sus vivos pigmentos regresan a la obra de Matisse. Un claro ejemplo de ello son los lienzos Figura decorativa sobre fondo ornamental (1925-26) y Gran desnudo reclinado (Desnudo rosa), un óleo de 1935 que el pintor retocó hasta 26 veces. Como resultado, la textura final de la obra evoca los collage que caracterizarán la última etapa creativa del artista aunque, antes de llegar a ella, Matisse viajó a las islas del Pacífico sur y plasmó los paisajes y naturaleza tan distintos a su Francia de partida en obras como Asia (1946), con aires de Gauguin. Fruto de este viaje son también sus serigrafías sobre lino, con títulos tan evocadores como Oceanía, el cielo u Oceanía, el mar, ambas creadas en 1946-48. En estas últimas ya se intuyen las formas que después formarán parte de sus populares collage.

Pintar con tijeras
El collage fue para el maestro otra forma de expresión artística, a la que apodó “pintura con tijeras”. El sobrenombre es de lo más adecuado, puesto que Matisse pintaba papeles en blanco con gouache de brillantes colores y luego recortaba en ellos formas aparentemente al azar para pegarlas formando una composición, como se puede ver en este vídeo. Ejemplos de collage son la obra Acantos y su conocidísima serie de desnudos azules, que cierra la exposición.
Matisse. Invitación al viaje está programada hasta el 26 de enero de 2025 en la Fundación Beyeler (www.fondationbeyeler.ch). El museo abre todos los días del año.

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