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La mayoría del electorado suizo decide no modificar las estructuras políticas y económicas del país para resolver la crisis climática

La iniciativa popular “Por la responsabilidad medioambiental” que exigía que Suiza respete los “límites planetarios” en un plazo de 10 años, promovida por la sección de Jóvenes del partido Los Verdes, fue rechazada en las urnas el pasado 9 de febrero por cerca del 70% de los electores (1.471.593 votos), el 30% votó a favor (635.368 votos)

La mayoría de los votantes, aunque se muestran preocupados por la crisis ecológica, optó por considerar que las medidas van en contra del bienestar económico y social, las califican de desproporcionadas, irreales, o insostenibles para las administraciones. La participación de voto fue inferior a la habitual, votó un 38,4% de los ciudadanos. Ningún cantón se posicionó a favor

En la base idearia de la propuesta está la denuncia de que el consumo desmedido de la población y la obsesión por el crecimiento económico están produciendo colapsos en la biosfera; las actividades humanas están contaminando y tomando más recursos de los que la Tierra puede regenerar. La estrategia principal para revertir esta tendencia, según los jóvenes verdes, apunta a reducir el consumo y a crear una economía que crezca dentro de los límites de la naturaleza.

A pesar de que Suiza ofrece una imagen de prístinos paisajes de gran belleza, que se destinen grandes inversiones para proteger el patrimonio natural, o que se le considere como uno de los mejores países del mundo para vivir, la realidad también nos muestra que en el pequeño y rico país centroeuropeo el deterioro medioambiental es ya una innegable. El país presenta, según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente, uno de los índices más elevados de especies y entornos amenazados entre los países europeos. Un estudio de Greenpeace, destacado por “swissinfo” el pasado 22 de enero, pone de relieve que la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, el consumo de agua y la pérdida de nitrógeno traspasan ya la línea roja de los límites sostenibles en el país helvético, de ahí la urgencia de actuar con rapidez y decisión.

¿Tiene Suiza una responsabilidad especial en materia de medio ambiente? Foto por @Umwelt-
verantwortungsinitiative

Urgencia de actuar

Son muchas las voces desde la comunidad científica dentro y fuera del país que alertan de que caminamos hacia el colapso del planeta, de ahí la necesidad de actuar con urgencia y tomar medidas drásticas: James Hansen, uno de los investigadores del clima más reconocidos y exjefe del Instituto Goddard de la NASA, alerta de que el cambio climático catastrófico es inevitable a menos que descarbonicemos por completo nuestras fuentes de energía para el año 2030.“Hay que hacer lo correcto, aunque no tengamos éxito” apunta Wendell Berry, escritor y agricultor ecológico estadounidense.

Desde esta llamada global de alerta ante la magnitud de la crisis ecológica, trabajan los promotores de la iniciativa, partidarios de tomar medidas urgentes para corregir los desequilibrios medioambientales. Se trataba de intervenir en la economía suiza, adaptando sus leyes y normativas a un uso más responsable de los recursos en consonancia con los límites planetarios.

En el folleto de la propuesta, se establece que las actividades económicas solo podrán extraer recursos naturales y emitir contaminantes dentro de los límites que no comprometan la preservación de los recursos esenciales para la subsistencia. Se establecía un plazo de diez años, a partir de los cuales, la contaminación ambiental causada por el consumo en Suiza ya no podrá superar los límites de la capacidad de sustentación de la Tierra. Además, reclaman a las autoridades públicas tomar medidas para evitar la injusticia social.

Esto quedaría incluido en la Constitución Federal en un nuevo artículo (94a) que proclama que “la naturaleza y su capacidad de regeneración constituyen el marco de toda la economía suiza”. El texto sometido a votación no entraba en los detalles sobre la aplicación de las nuevas medidas.

Los Jóvenes Verdes proponen actuar con rapidez y decisión, solo así, declaran, “podremos revertir la crisis climática, la extinción de las especies y preservar la base natural de la vida para las generaciones actuales y futuras”.

«Iniciativa de responsabilidad medioambiental: grandes planes con potencial expansivo». Foto por @Umwelt-
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Los límites del planeta

El título de la propuesta sometida a votación “Por una economía responsable dentro de los límites planetarios (Iniciativa de Responsabilidad Ambiental)” [Umweltverantwortung.ch] apunta directamente al corazón del problema y a sus soluciones. El concepto de límites planetarios proporciona una referencia científica para mantener el equilibrio ecológico en medio de la crisis medioambiental. Estos límites fueron propuestos por primera vez en 2009 por un grupo de 28 reconocidos científicos, liderados por el sueco Johan Rockström del Centro de Resiliencia de Estocolmo. El documento expone las acciones seguras que la humanidad puede desarrollar sin desestabilizar los sistemas vitales de la Tierra.

El estudio abarca nueve áreas ambientales que están estrechamente conectadas, afectándose en sus deterioros, excesos o carencias: estos son cambio climático, alteración de los ciclos globales del nitrógeno y del fósforo, cambios en el uso de la tierra, contaminación química, plástica y otras sustancias, uso de agua dulce, acidificación de los océanos, contaminación por aerosoles atmosféricos y agotamiento de la capa de ozono estratosférico. Desde el año 2023 ya son seis los límites superados.

La propuesta apunta igualmente a la responsabilidad de Suiza como país rico, hacia las naciones menos desarrolladas, que están sufriendo más los cambios climáticos que los propios países sobredesarrollados de Europa y Norteamérica. Justin Lin, economista del Banco Mundial ha calculado que el 75% o 80% del daño provocado por el calentamiento global será padecido por los países en vías de desarrollo, aunque aporten solo una tercera parte de los gases de efecto invernadero. Países como Suiza, afirman los promotores del texto, tienen la responsabilidad de luchar contra esta injusticia.

Industria Suiza Krono Wittstock. Foto por @noxoss

Detractores

El Consejo Federal y el Parlamento suizo aconsejaban a la ciudadanía el voto negativo. En su declaración oficial el Gobierno manifestaba un rechazo frontal a la propuesta argumentando que supondría generar una extensa normativa con prohibiciones que limitarían el consumo, debilitaría la economía, encareciendo productos y servicios.

Animaban a continuar con la actual política medioambiental, ya que la Constitución contiene suficientes disposiciones para promover la sostenibilidad, sin necesidad de añadir nuevas regulaciones.

Aunque reconoce el Gobierno que los recursos naturales como el agua, el suelo y el aire están sometidos a una gran presión tanto en el mundo como en Suiza, se han producido, revelan las autoridades políticas, avances en diversos ámbitos medioambientales, tal como en el área del consumo per cápita de la población, que supone en la actualidad una carga global menor para el medio ambiente que hace veinte años.

Además, implementar estas disposiciones conllevaría, según el Gobierno, “unos costes de transformación enormes, desproporcionados e insostenibles para el Estado”.

Los partidos conservadores advertían de un “desmoronamiento de la prosperidad”.

Por su parte, la patronal empresarial suiza considera el texto indeseable e inviable. En la página de la organización empresarial “Economiesuisse” que representa actualmente a unas 100.000 empresas de todos los sectores y regiones de Suiza, el experto en desarrollo económico, miembro del partido Verde Liberal, Alexander Keberle, calificaba la propuesta de fantasía utópica, que en lugar de significar un paso adelante supondría un signo de pobreza extrema.

El representante empresarial defiende que “el crecimiento y la contaminación no están correlacionados”, se posiciona a favor de “continuar reduciendo la huella medioambiental ya que supone un signo de progreso y fortaleza”. Destaca que Suiza ha realizado grandes avances en cuestión medioambiental, “ha duplicado con creces su valor añadido industrial desde 1990, al tiempo que ha reducido casi a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero”, lo que considera un acercamiento progresivo a los límites medioambientales.

Por último, el representante de la patronal suiza critica que “la iniciativa se basa en fundamentos ideológicos cuestionables. A primera vista parece sensata: nadie debería consumir más recursos de los que le corresponden. Sin embargo, no vivimos en un mundo en el que todos consumamos exactamente la misma cantidad de recursos, y yo no lo quiero. Eso sería -no hay otra forma de decirlo- ecocomunismo.

Vale recordar que el pasado septiembre de 2024 el electorado suizo también rechazó en las urnas la propuesta sobre Biodiversidad para proteger los espacios naturales del país; y que en junio de 2021 tampoco salió adelante la ley CO2, que pretendía reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero de Suiza para 2030, en relación con las de 1990, de acuerdo con los compromisos en el marco del Acuerdo Climático de París.


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