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Investigadores suizos crean un dispositivo que utiliza el agua y la luz solar para producir hidrógeno, oxígeno y calor

Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana crean un dispositivo que se sirve de la luz solar para producir hidrógeno, oxígeno y calor. Un paso más a través de la ciencia que persigue reducir las emisiones contaminantes, en un país que se ha propuesto disminuir a la mitad el CO2 de la atmósfera para el año 2030

Combatiendo el cambio climático

Suiza persigue un futuro más sostenible y limpio de contaminación a un ritmo incesante. El país alpino inició una nueva etapa en sus planes medioambientales en 2005 con el principal objetivo de invertir en el fomento de energías renovables. Este proyecto de gran envergadura conlleva la inversión en innovación y desarrollo de fuentes de energía que disminuyan progresivamente la emisión de gases de efecto invernadero como la energía nuclear.

Según estudios realizados por Hive Power en 2020 -empresa suiza comercializadora de innovación para redes inteligentes -, Suiza ocupa el puesto veinticuatro como país que produce menos emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. En el mismo estudio señalan que el 56% de la energía que se consume en el país proviene de energías renovables.

El dispositivo

En este gran impulso para mejorar la calidad ambiental, un grupo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha creado un aparato parecido a una antena parabólica, que a través de la concentración de radiación solar puede producir energía obteniendo diferentes derivados. 

La técnica es muy simple, pudiendo incluso recordar al de la propia fotosíntesis. En este “árbol artificial” la energía solar se concentra en un plato parabólico y de ahí bombea agua continuamente. A consecuencia de este proceso, se provoca un fenómeno de electrólisis que permite la separación de las moléculas de hidrógeno y oxígeno, generando a su vez energía térmica. 

Investigadores suizos crean un dispositivo que utiliza el agua y la luz solar para producir hidrógeno, oxígeno y calor
Escuela Politécnica Federal de Lausana EPFL

Alrededor de un 20% de la energía generada en este proceso puede convertirse en hidrógeno, con aplicaciones en el sector del transporte y en procesos industriales de alto rendimiento. El hidrógeno ha demostrado ser un aliado para contrarrestar el uso de combustibles fósiles, que de una forma positiva contribuye a disminuir los gases de efecto invernadero (diferentes gases fluorados). Además, el hidrógeno que se produce puede ser inmediatamente utilizado o almacenado, elevando su potencial y sostenibilidad. Por otro lado, el oxígeno que se obtiene resulta útil para aliviar las necesidades de la demanda de otros sectores como el de la medicina. 

Y por último, el mecanismo es capaz también de producir calor, energía muy necesaria en regiones donde el invierno es hostil, así como en zonas que actualmente se encuentran en una situación de incertidumbre energética debido a la guerra en Ucrania. 

Hoy en día, las energías térmicas representan alrededor de la mitad del consumo energético de Suiza, que originan en el país más del 35% de las emisiones de dióxido de carbono al año. El desarrollo y puesta en marcha de este tipo de soluciones podría mejorar la estabilidad de los precios y un suministro suficiente para calentar hogares y servicios. 

El proyecto ya se encuentra en fase de demostración, con la instalación de estos dispositivos en una fábrica de metales y en hospitales de la ciudad de Lausana. La empresa comercializadora estima que este sistema podría cubrir la mitad del consumo energético de un hogar medio suizo.

Subvenciones para la energía solar

La Estrategia Energética 2050 en Suiza tiene como base el ambicioso objetivo de producir cero emisiones netas de dióxido de carbono para el año 2050. Como consecuencia del establecimiento de este plan, el Gobierno ha desarrollado políticas de energías renovables para apoyar a empresas y ciudadanos a implementar sus proyectos energéticos; reduciendo los impuestos, ayudando a todos los sectores de la población a ser más sostenibles, y fomentando la innovación, campo en el que el país helvético es líder mundial.

Subvenciones para la energía solar
Shutterstock

La energía solar es una de las verticales de la política medioambiental suiza, por lo que durante los últimos años, desde el Gobierno se ofrece a los ciudadanos beneficiarse de diversas ayudas económicas y fiscales:

  • En 2021, se asignaron 450 millones de francos para financiar instalaciones de energía solar fotovoltaica. 
  • Pago único a grandes establecimientos fotovoltaicos y compensación a los pequeños.
  • Subvenciones que cubren hasta el 30% del coste de paneles solares en el país.
  • Ayudas de alrededor de un 20% en reducciones fiscales para instalaciones en viviendas con energía renovable.

Política climática nacional e internacional

A pesar de los esfuerzos que distintos sectores de la sociedad realizan para contribuir a este plan de mejora medioambiental, en un informe conjunto de WWF y economiesuisse se advierte de que el país helvético es responsable de entre el 2% y el 3% de las emisiones mundiales de carbono. Este es un dato preocupante, derivado en gran medida por el rápido desarrollo económico y los nuevos hábitos de consumo de los ciudadanos suizos, que se alejan de la imagen del pequeño y tranquilo país, rodeado de mágicos parajes naturales, con un modelo de vida humilde ligado a la naturaleza. 

A esto hay que añadir el inesperado resultado del Referéndum de junio de 2021, por el que los ciudadanos rechazaron una nueva Ley sobre el CO2, Ley que pretendía establecer nuevas medidas para disminuir el calentamiento global y cumplir con el compromiso que asumió el Gobierno suizo en el marco del Acuerdo de París de reducir sus emisiones en un 50% para 2030.

Los hechos que favorecieron este resultado se entienden por las nuevas medidas que conllevaba la aplicación de la Ley, que implicaban una subida de determinados impuestos, con un aumento en los precios de los billetes de avión, subidas de los precios de la gasolina y el diesel, de vehículos que no se consideren eficientes; así como la creación de un nuevo impuesto denominado como su Ley, “CO2”, entre otros más.

Según datos facilitados por el Consejo Federal en Berna (11.04.2023), en 2021, Suiza emitió 45,2 millones de toneladas de CO2, lo que supone 1,3 millones más que en 2020, pero un 18,2 % menos que en 1990. Son cifras del registro de gases de efecto invernadero de la Oficina Federal de Medio Ambiente (FOEN).

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