ActualidadDestacadosSociedad

Heidi ya es eterna

A pocos días de cumplirse 122 años de la muerte de la escritora zuriquesa Johanna Spyri (1827-1901), los archivos de la autora y la novela Heidi obtenían el máximo reconocimiento internacional al inscribirse en el registro de la “Memoria del Mundo” de la UNESCO. La popularidad de la alegre niña de los Alpes ha sido tan enorme que ha ensombrecido la vida y el resto de la obra de su autora, quien escribió unos cincuenta libros, la mayoría de literatura infantil. La talentosa escritora vuelve a ser objeto de estudio ante la persistencia del mito de la pequeña suiza que sigue cautivando al mundo

Traducida a unas 70 lenguas, adaptada al cine y al teatro en una docena de versiones, difundida mundialmente con la exitosa serie de animé japonés, la alegre y comunicativa Heidi es probablemente el icono más universal de la cultura suiza. Se calcula que se han vendido alrededor de 50 millones de copias del libro por todo el mundo.

Heidi es la historia de una pequeña huérfana que a los 5 años es llevada a vivir con su abuelo ermitaño a una solitaria cabaña en medio del paraíso alpino. Allí descubrirá una felicidad a la que ya no podrá renunciar. El profesor de Literatura Jean Michel Wissmer describía así el fenómeno Heidi: “se escapó totalmente de su autora para convertirse en un personaje universal, en un mito”, es el tipo de heroína que eclipsa a su autor”.

El primer tomo se publicó en 1880 con el título, de “Heidis Lehr und Wanderjahre”, (Los años de aprendizaje y peregrinación de Heidi). Su autora, Johanna Spyri, de soltera Johanna Louise Heusser, pasó sus primeros años en Hirzel, una pequeña aldea de los Alpes, rodeada de imponentes montañas, verdes prados, senderos de bosques y riachuelos.

Obra original de Heidi y su autora Johanna Spyri
Obra original de Heidi y su autora Johanna Spyri. @mujericolas

Su gran sensibilidad desde niña para la naturaleza y el arte quedó reflejada para siempre en su obra. Tanto para la autora como para Heidi la naturaleza supone una fuente de libertad, un lugar donde se puede sanar y ser feliz. Los paisajes alpinos con sus imponentes montaña calaron en la escritora siendo una fuente de inspiración constante.

Aunque la historia de la pequeña transcurre en una aldea llamada Dörfli, es en el pueblo cercano de Maienfeld, cantón de los Grisones, donde se inspiró Spyri. Hasta allí bajaban antiguamente los aldeanos, al igual que el abuelo de Heidi, a intercambiar productos y a hacerse con provisiones para pasar los duros inviernos en los Alpes.

Maienfeld

Hoy en día, la historia de Heidi sigue viva en Maienfeld, más de cien mil visitantes al año acuden a Heididorf donde se recrea el célebre relato. Allí se puede visitar la casa original donde vivía la protagonista, interactuar con animales, visitar museos o hacer una ruta de dos horas que llega a la mítica cabaña del abuelo, en lo alto de la montaña Ochsenberg.

Este asombroso paisaje se mantiene inmutable a lo largo del tiempo, tal y como la escritora lo describe al comienzo de su libro: “Desde la risueña y antigua ciudad de Maienfeld parte un sendero que, entre verdes campos y tupidos bosques, llega hasta el pie de los Alpes majestuosos, que dominan aquella parte del valle. Desde allí, el camino empieza a subir hasta la cima de las montañas a través de prados de pastos y olorosas hierbas que abundan en tan elevadas tierras”.

Maienfeld - La villa de Heidi y su abuelo
La casa de Heidi y su abuelo, Maienfeld.

Unas páginas más adelante, podemos ver a la niñita de cinco años subiendo por primera vez por las laderas con su tía Dete. En este pasaje, la autora nos deslumbra con el alegre y espontáneo carácter de la niña que se dirige feliz al encuentro de su abuelo, “el viejo de los Alpes”, entrando en comunión con la naturaleza: «De repente, la niña se sentó en el suelo, se quitó los zapatos y las medias en un santiamén, se levantó, se desató el chal rojo, se abrió el vestido y se lo quitó, debajo había otro que desatar, porque la tía Dete le había puesto el vestido de los domingos encima del ordinario para no tener que llevar equipaje. En un abrir y cerrar de ojos, el vestido de diario se cayó y la niña se encontró en enaguas ligeras, con los brazos desnudos bajo las mangas cortas de la blusa, al aire del verano. Ahora ya se sentía fresca y tan ágil como una cabra. Lo recogió todo en un montón y salió corriendo para alcanzar a las cabras y a Pedro».

El personaje de Heidi experimenta, en un lugar idílico, una inocente felicidad que conquista al lector y a varios de los personajes que en el transcurso del libro entran en contacto con ella. La profesora y especialista en Literatura infantil y juvenil, Isabelle Nières-Chevrel, en su ensayo “Relire Heidi aujourd’hui”, explica que “fue de la naturaleza de lo que Heidi iba a alimentarse durante los tres años que pasó con su abuelo, bebiendo leche fresca, durmiendo en el heno, jugando con las cabras y escuchando el sonido del viento en los abetos. Nada parecía capaz de poner fin a este paraíso de feliz convivencia.”

El animé japonés

¿Cómo llegó Heidi a entrar en millones de hogares y convertirse en una representación social de la inocencia, la conexión con la naturaleza, la resiliencia y la importancia de la comunidad? Probablemente, hubiera sido imposible sin los dibujos animados que llegaron del Japón en 1974, que fueron traducidos con rapidez a más de 20 idiomas. Los geniales creadores, Hayao Miyasakie e Isao Takahata, lograron que en poco tiempo la serie de dibujos, de 52 episodios, fuera difundida por las televisiones de todo el mundo.

Con la intención de mantenerse lo más fiel posible a la obra original de Spyri, Takahata se trasladaba a principios de los años 70 a la comuna de Maienfeld para tomar imágenes de los paisajes y los pueblos por donde transcurre la historia. Aun así, se realizaron algunas adaptaciones, como la de dar vida al manso perro San Bernardo “Niebla” y suprimieron algunos elementos, como las alusiones religiosas, al considerar que en Asia no se entenderían. El animé rebosa calidad, con ilustraciones de gran belleza y una sensibilidad que nos acercan con ternura a la poesía de Spyri.

Heidi Animé Hayao Miyasakie e Isao Takahata
Heidi Animé por Hayao Miyasakie e Isao Takahata

La serie no solo cautivó el corazón de niños y adultos durante generaciones, sino que su éxito rotundo creó una referencia que impulsó películas animadas japonesas para niños y no tan niños, tales como Marco, Ana de las Tejas Verdes o la Tumba de las Luciérnagas. Asimismo, los creadores del animé fundaron años más tarde el prestigioso estudio de animación Studio Ghibli, desde donde se han producido exitos mundialmente reconocidos como el “El viaje de Chihiro” o “El niño y la garza”.

El escritor ginebrino Jean Michel Wissmar, autor del ensayo Heidi: enquête sur un mythe suisse qui a conquis le monde (Estudio sobre un mito suizo que conquistó el mundo) elogiaba la obra de Takahata, de quien dice que “creó una delicada obra de arte que impresiona por su cuidado y su atención al detalle… “. Wissmer afirma en su estudio que fue curiosamente en Japón y en Estados Unidos donde la popular niña fue objeto de culto y cosechó los mayores elogios. Según especialistas japoneses, Heidi se convirtió en una especie de sacerdotisa de una nueva religión de la naturaleza, llenando así cierto vacío espiritual dejado tras el trauma de la Segunda Guerra Mundial.

Johana Spyri, una celebridad íntima

¿Hubiera imaginado la reservada Johana Spyri que su trabajo iba a dar la vuelta al mundo y a gozar de tal reconocimiento internacional hasta quedar inscrita en la “Memoria Cultural” de la humanidad?

Cuentan sus biógrafos que la misteriosa mujer se sorprendió del inmediato éxito que tuvo Heidi (1880), y que celosa de su intimidad evitaba hablar con sus críticos y sus fervorosos lectores. Con la intención de que no se conocieran los detalles de su vida, llegó hasta el punto de reclamar a su familia y amigos las cartas que les había enviado a lo largo de su vida para destruirlas junto con otros documentos antes de su muerte. Este exceso de pudor podría responder a las costumbres conservadoras de la época, en la que no estaba bien visto que las mujeres de la alta sociedad expusieran sus vidas a la observancia pública.

La profesora de literatura infantil de la Universidad de Educación del Cantón de Vaud, Denise von Stockar, entiende que si bien la vida de la autora de Heidi no es realmente un modelo para las feministas, no ocurre lo mismo con los personajes de sus escritos: «Hay mujeres, sobre todo en el libro Heidi, capaces de crear un mundo opuesto al mundo de poder y económico de los hombres, una imagen que se repite en el feminismo protestante, por ejemplo en la Suiza de expresión francesa», comenta Denise.

Retrato de Johanna Spyri estilo victoriano del siglo XIX
Retrato de Johanna Spyri siglo XIX, Zentralbibliothek Zürich

Poco se conoce de la vida de Johana Spyri, el éxito del popular cuento eclipsó casi por completo a su creadora. Sus biógrafos y especialistas coinciden, no obstante, que sus personajes reflejan su vida, su entorno y los rasgos de su personalidad.

Johanna Louise Heusser (1827-1901) nació en una familia protestante y culta en Hirzel, una pequeña aldea de los Alpes -a once kilómetros de Zúrich-. Fue la cuarta de los seis hijos de un médico local y una madre poetisa. Sus primeros años están marcados por los viajes del campo a la ciudad, donde estudiaba, y de la ciudad al campo, a donde volvía para ayudar a su madre con la educación de sus hermanos pequeños, mientras disfrutaba del entorno natural, de la lectura y de su pasión por la música, tocaba el piano y el arpa.


En 1852 conoció al que sería su marido, el abogado Bernard Spyri. La pareja se trasladó a vivir a Zúrich donde Bernard trabajaba como editor en el Diario Eidgenpössischen Zeitung. Johanna no se adaptó a la nueva vida en la ciudad donde parecía sentirse incómoda con las limitaciones que le imponía su entorno; pasaba por periodos de enfermedad y depresión que duraban años.

Fue una hija, una madre y una esposa modelo. A pesar de tener un carácter depresivo y una gran afición al activismo religioso, mantuvo una vida social activa, en contacto con relevantes intelectuales de su época, como la familia del poeta ginebrino Conrad Ferdinand Meyer o Richard Wagner, a quien ella y su esposo apoyaron durante los años en que el afamado músico vivió en Zúrich; o la amistad con la conocida feminista Camille Vidart, quien tradujo alguna de sus obras al francés.

Su escritura fue su mejor entretenimiento, al que se entrega por completo tras la muerte de su esposo y de su hijo cuando contaba 57 años de edad. Cuentan que se sobreponía al gran dolor de las terribles pérdidas haciendo obras de caridad, frecuentando grupos pietistas protestantes, imaginando y escribiendo relatos, sobre todo infantiles, como si atisbara que estos serían leídos por millones de personas alrededor del mundo. Sus últimos años fueron extraordinariamente fértiles en la escritura. Murió el 12 de junio de 1901, su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Sihlfeld en Zúrich.

Suiza en el siglo XIX

En su extensa obra la autora nos aporta también un interesante testimonio del drama social que vivió la sociedad suiza del siglo XIX, muy alejada de la próspera Helvetia que conocemos hoy en día. Supo captar el espíritu de la época (Zeitgeist) al describir de forma detallada las penurias económicas y sociales en las que se vivía hace poco más de un siglo: hambrunas, debido en parte a las catastróficas pérdidas de cosechas, muertes y exilio.

Según fuentes de House of Switzaerland unos 330.000 suizos emigraron entre 1850 y 1888, la mayoría hacia los Estados Unidos, huyendo del hambre y las condiciones inhumanas de trabajo.

La autora mostró en varios de sus relatos una especial sensibilidad por las extremas dificultades de vida para los niños y los huérfanos de los que nadie podía ocuparse.

En el más popular de sus cuentos es la tía Dete quien deja el país para trabajar como sirvienta en Alemania. Deja a la pequeña con su “abuelo gruñón”. Heidi es huérfana de padre y madre, pero a diferencia de otros retratos de huérfanos, “no está angustiada, no se siente sola por sus padres ausentes, apunta la profesora Nières-Chevrel, “ser huérfano en esta novela es ser autónomo, no ser posesión de nadie. No hay búsqueda paterna en Heidi, quizá porque solo la montaña es la madre naturaleza que la colma.”

Versión original del libro de Heidi, siglo XIX
Versión original del libro de Heidi, siglo XIX

En otra no tan popular novela “Sin Patria”(“Heimatlos”), nos presenta otra historia de huérfanos, su protagonista Rico, ve morir a su padre con 9 años y se queda totalmente solo sin más bienes que un violín y el afecto de su compañera de colegio Stineli. Los recuerdos de su primera infancia en Italia con su madre y la esperanza de encontrar algún pariente de su padre lo llevan a iniciar un viaje iniciático a Italia en busca de sus orígenes. También en este relato la autora saca a relucir la importancia de los sentimientos de amistad y amor entre las personas, así como la exaltación de los paisajes por los que transcurre el viaje, que llevan a Rico desde las bellas montañas nevadas de los Alpes hasta el lago Garda, cerca de Brescia y Verona, en Italia. El pequeño héroe de “Sin Patria”, a diferencia de Heidi y de Stinelli está envuelto en la melancolía y la desolación, “¡hubiera preferido que su madre lo ahogara en las aguas del lago de Garda antes que quedar huérfano, sin patria!”.

Educación, Religión

La educación y la religión son temas recurrentes tanto en la vida como en la obra de la escritora. Sus novelas se incluyen en la tradicional categoría alemana de la novela educativa –Bildungsroman-.

El mensaje religioso es preponderante, los valores cristianos aparecen con frecuencia en sus textos. Johana frecuentaba círculos pietistas protestantes, hacía obras de caridad, su primer libro publicado en 1871 “Una hoja en la tumba de Vrony” se destinó a los fondos de la Cruz Roja Internacional para ayudar a los heridos en la guerra Franco Prusiana.

¿Cómo hizo la abuela de Clara para que la pequeña aprendiera a leer? La abuela puso ante los ojos de Heidi lo que entonces era una novedad en los libros infantiles, libros con paisajes y espléndidas ilustraciones de colores: «Era un gran prado verde donde pastaban toda clase de animales. En el centro estaba el pastor, apoyado en su gran cayado, observando a su rebaño mientras retozaba. Todo estaba bañado por una luz dorada, pues el sol estaba en el horizonte, a punto de ponerse” (…)

Sus relatos están a su vez impregnados de alusiones bíblicas: la parábola del hijo pródigo se adivina a través de imágenes como la de “un viejo padre que sale de la casa, tendiendo los brazos a su hijo arrepentido, para darle la bienvenida, que había vuelto todo ovejuno, demacrado, con la ropa hecha jirones».

«La dimensión religiosa está muy presente en la novela, el amor al prójimo», observa Wissmer, “nos recuerda la gran necesidad de retornar a los valores tradicionales en la sociedad actual, tan dispersa”. En el segundo tomo del cuento, añade el escritor ginebrino, Heidi canta en estado éxtasis himnos a la abuela, habla de Dios todo el tiempo, trata de convertir al médico, al padre de Clara, a su abuelo y también de reintegrarlo en la comunidad de los hombres.


Petra Volpe, guionista del exitoso largometraje Heidi (2015), -film coproducido por Alemania y Suiza- dirigido por Alain Gsponer, quien se confesaba atea, percibía en Johana Spyri una espiritualidad que iba más allá de la religión cristiana: “Hay una conexión muy profunda de sus personajes con la naturaleza, algo de divino que va más allá de las palabras. Quise concentrarme en ese aspecto: la naturaleza se convierte en un lugar espiritual para Heidi, quien descubre que a ese lugar pertenece y que en él puede ser ella misma”. Después de cinco semanas en cartelera el film registraba el récord de mejor estreno a escala internacional al haber vendido más de un millón y medio de entradas, todo un hito en el cine suizo (cineuropa.org 21/01/2016).

Valores al alza

¿Cuál es el secreto del éxito de Heidi? La alegría y la energía de la pequeña heroína, según el profesor de Ginebra Jean-Michel Wissmer, son las razones del enorme éxito del libro: “Heidi es sobre todo una heroína divertida”. Su conquista se debe en gran parte a la reflexión sobre la naturaleza que propone la novela de Johanna Spyri: “si Heidi sigue estando tan de moda es porque, de forma anticipada, demostró una sensibilidad ecológica que hoy coincide con el discurso sanitario tan en boga”. Del mismo parecer es Isabelle Nières-Chevrel, quien subraya que “Heidi sigue evocando la felicidad del espíritu libre de una niña en un prado de montaña”.

Sin embargo, la historia de Heidi no es solo diversión y felicidad, uno de los momentos más trágicos de la novela ocurre cuando la feliz niña es obligada a abandonar los Alpes para mudarse a la ciudad de Frankfurt y acompañar a Clara, una niña rica que no puede caminar. Para Heidi la ciudad es un lugar de penurias y angustias, pero también un lugar donde conoce los libros y la religión cristiana. Este viaje refleja el malestar de Johanna Spyri en la ciudad de Zúrich, su incomodidad con el entorno y las convenciones sociales que le tocó vivir.

Heidi experimenta poco a poco esta estancia como un encarcelamiento físico y psicológico, se enferma, pierde peso, se vuelve sonámbula. Johanna Spyri argumenta aquí que la añoranza de su tierra («Heimweh»), las montañas, no es una simple tristeza, que lo que tiene el cuerpo son enfermedades de la mente y que uno de los mayores sufrimientos de la infancia puede ser la palabra prohibida. El médico de cabecera diagnostica el origen de la enfermedad y aconseja el regreso inmediato a las montañas natales: «Esta niña está atormentada por la nostalgia […] Necesita respirar enseguida el aire de la montaña donde nació. En cuanto a su delgadez, solo hay un remedio y es el mismo. La niña se va mañana, esa es mi receta”.

La legendaria niña puede volver a los Alpes para encontrar a su abuelo y renacer a la salud y la felicidad, y como uno más de sus numerosos gestos altruistas se lleva a Clara a las montañas donde recupera la movilidad de las piernas.

¡Heidi es una humanista!, clamó Gérard Demierre, el director de teatro de Vaud, quien llevó a escena la vida de la heroína del cantón de los Grisones (2000), y como tal -bromeaba en la entrevista realizada por Swissinfo el 12 julio 2012-, “le colocaría gustoso el brazalete de la Cruz Roja”. “Heidi representa un doble paisaje suizo: el alpino y el mental. El primero es envidiado en el mundo entero. Es seguro que el público internacional proyecta sus sueños de belleza en ese sitio. El segundo es más local, más ligado a nuestros impulsos humanitarios, un rasgo que complace a más de uno”, apuntaba el dramaturgo suizo, sonriendo en la entrevista.

Copyright por Switzerland Tourism

UNESCO

Desde el pasado mes de mayo del 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) incorpora en su registro documental «Memoria del Mundo» los archivos de la suiza Johanna Spyri, considerando a «Heidi un referente cultural, social e internacional”.

Allí están guardados, protegidos y accesibles a todos a través de internet de manera permanente los catálogos, libros, CD, DVD y otros archivos, tanto para ser reproducidos como para realizar copias digitales.

Según el comunicado de prensa emitido por la Universidad de Zürich, (comunicado Enlace externo) los archivos, ahora custodiados por la UNESCO, incluyen valiosos documentos originales de la autora, incluidos manuscritos inéditos, cartas e ilustraciones de las novelas de Heidi, que provienen de dos prestigiosas colecciones conservadas en Zúrich: el Fondo de Archivo Johanna Spyri, gestionado por el Swiss Institute for Youth and Media, asociado con la Universidad de Zúrich, y el fondo de archivo Heidi, del proyecto Heidiseum. (LINJK)

El componente científico lo aporta la Universidad de Zúrich, cuya investigación está centrada principalmente en la autora zuriquesa.

Heidi Animé por Hayao Miyasakie e IsaoTakahata
Heidi Animé por Hayao Miyasakie e Isao Takahata

Referencias

Deja un comentario